Manuel Díaz Cantoral "Lavi", matador de toros conocido como "Lavi", nació en Cádiz el 11 de marzo de 1807, siendo su padrino Pedro Ortega y testigos José Tello y Joaquín Pacheco. Contrajo matrimonio con
Maria Dolores Madrugón García el 19 de agosto de 1831, siendo testigos del enlace, Jose Fernández y Francisco Monge, de este matrimonio nacieron
Manuel Díaz Madrugón "El Habanero" y Antonio Díaz Madrugón tambien torero. Fue el primer torero gitano importante de la historia. El fundador, por así decirlo, de una manera muy estética y muy peculiar de entender el arte de torear. Con el apodo de Lavi también torearon su hermano
Gaspar y su hijo
Manuel, matador de toros y novillero, respectivamente. Educado como tantos toreros de la época en el matadero de Cádiz, sus primeros pasos en el toreo los dio de la mano de su hermano, primero como banderillero y luego como medio espada. El primer dato sobre Lavi le sitúa como sobresaliente el 8 de agosto de 1841, en Cádiz, en una corrida que torearon Paquiro y su hermano Gaspar. El 27 de marzo del año siguiente ya figura como matador en un festejo en Cádiz, acompañando a los dos diestros antes mencionados. Hizo su presentación en Madrid el 17 de abril de 1843, alternando con Juan Pastor y Francisco Ezpeleta, también debutante. Repitió el mismo cartel los días 24 de abril, 11, y 14, 21 y 29 de mayo. Con Pastor y otros siguió anunciándose en Madrid los días 11, 19 y 29 de junio (en este festejo hubo un amago de plante de los picadores porque a las seis de la mañana no se les habían presentado caballos útiles para la lidia), y, luego, los días, 4, 10 y 17 de septiembre, y 2, 8 y 12 de octubre. Una presencia tan abrumadora en Madrid, compartiendo cartel casi todas las tardes con Juan Pastor, ya figura consagrada, da una idea cierta de cómo Lavi se había situado en el toreo. Regresó a la capital en 1844 y también en los años siguientes, hasta 1858, con la excepción de 1845, 1847, 1850 y 1854. En 1858 regresó a Lima, tras firmar un contrato muy ventajoso: “Entrega de 4.000 pesos al firmar el contrato; regalo de dos vestidos para él y dos para su hijo, que le acompañaba; pasaje de primera clase para él y para toda su cuadrilla; y pago de todos los gastos de viaje hasta llegar a Lima, y, además, abonar a su familia, si moría en la travesía, 2.000 pesos. La firma de su esposa, que por razones especiales se exigió en la escritura, importó 1.800 pesos”, reseña Cossío. A su llegada a Lima, en noviembre se sintió enfermó, por lo que debió aplazarse la corrida de su presentación. Falleció en la capital del Perú el 9 de diciembre de 1858. victima de un aneurisma